domingo, 29 de enero de 2012

Vacío

Vacío,

como la mirada fría del asesino enajenado de la sangre que lo salpica,

como el silencio que le sigue al estruendo de fusil,

como el último vaso de alcohol que te alienta a lo prohibido.

Vacío,

como el espacio que creaste entre mis costillas cuando te fuiste después de desvestir hasta mi orgullo,

como un corazón seco y cerrado,

como una playa sin huellas,

como mi mente sin sueños...

Vacío,

y atragantado por el disimulo de cada palabra,

como un alma quebrada ante el abismo del deseo y realidad,

como esta pluma cansada de tanto escribirte,

como la tristeza de un violín sin tus manos.

Vacío,

y en cada cuerpo que despides con el amanecer, la soledad infinita,

y en cada nuevo intento un espacio sin materia.

Vacío,

así abrazas la conocida desesperación de no encontrar el milagro de una caricia salvadora.

Vacío,

como fatiga punzante.