Debo despertarte, pero
luces tan cansado.
Tienes la fatiga de mil
vidas en cada exhalación.
El peso de tus parpados
revela el alivio del sueño profundo.
Tengo que irme, no puedo
moverme!
Atrapada en la intimidad
del instante
entre tu belleza cruda,
varonil, tan expuesta,
y mi incapacidad para
restarle miradas.
Desde ya mil disculpas,
tratare de ser dulce,
deséame suerte…
-BUEN DIA!
(Gracias por amanecer con
esa media sonrisa!)