Seca,
ni una gota de tinta nace de mis pensamientos.
Se han agotado los sinónimos de desilusión
acallando deseos.
Prefiero olvidar el error de abrirte mis manos,
que las hayas sentido.
Olvidar como se acomodaba tu piel en mi espalda
y tus brazos, y tus dedos, y tu boca.
Seca mi entereza.
Tu personaje ciego la ha enfermado de muerte.
Irrespetuoso egocentrismo aniquilador de mi sexo.
Ya no hay valientes que salten por la ventana.
Seca,
Sin lágrimas, ni miedos, ni frío,
anticipando amarillentas texturas de un otoño solitario.
Como corazón que se despide pienso:
“tuviste tu oportunidad al alcance de una verdadera mirada.
Y yo, yo necesito encontrar la manera de amar
sin secar mis venas.”
2 comentarios:
Me encanta! me encanta!
"Ya no hay valientes que salten por la ventana.." Es verdad, ya no hay arrojo, ni locura, ni esa duda eterna que sacude hasta la taquicardia, y hasta la esperanza parece un castigo mas.
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