Si, cuesta
que entiendan el rumbo de mi viento, o la luz de mi sonrisa.
Soy la
eterna personificación de “los amorosos”, aquellos que buscan, que se pasan la
vida buscando sin encontrar.
Tan sola
estoy con esta lucha, reclamando lo que eternamente busco, que mis gritos han
sido depositados en las yemas de mis dedos, haciendo del roce de mi mano un
fuego ensordecedor que quema y los asusta.
Y esa
sensación de estar cerca es cada vez mas fuerte, entonces mi compañera ilusión
se aloja nuevamente en mis pupilas y la pelea se vuelve profunda, personal y me
atemoriza la sola idea de saber que por fin estoy lista.