martes, 27 de septiembre de 2011

Reloj de Arena



Salté nubes siguiendo el brillo de un tímido anzuelo. Ahí te escondías, detrás del sol (como el sol), quemándome desde la distancia infinita.

Juego perverso. 2 simples reglas tácitas para no perder:
Evitar sentir mas allá del momento e ignorar el orgullo vapuleado al negarnos.

Todo un desierto espero caer en este reloj que nos mantuvo atrapados.
Cuando conocimos el sonido, nos silenciamos con la dulce obediencia del beso deseado.
Cuando hubo aire, respire al ritmo de tus manos, inhalamos y exhalamos la profundidad del pecado.
Pero cuando tuvimos sed giraste el reloj sin saciar mis ganas.

En tu sinceridad, una mentira recurrente. Tanta liviandad puede encorvar los cuerpos, entristecerlos.

Ahora subo la cuesta como Sisifo soñando la oportunidad negada de verme reflejada en tus ojos.

Aunque no seas mi cima, el destino me debe tu calma como descanso a mi ansiedad.
Ya alguna vez dije: "podrian salvarlo mis ganas prejuzgadas"Podriamos salvarnos!

No demores!. que tu claridad no llegue junto al ultimo grano de arena del reloj que yo girare...

2 comentarios:

ivan (paranoico) dijo...

Si conviertes el texto a prosa y te olvidas de los versos creo que tendra mas fuerza y ritmo...

Bob... dijo...

"Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir a una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al revés. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto."
Del capítulo 93 de Rayuela.

Un regalo y gracias por el regalo!!!

Besotes!