sábado, 26 de enero de 2013

Él



Llora la tristeza sobre una piel virgen de amor
Hay un deseo recurrente hecho canción
melodía hermosamente taladrante que ahoga
E hincha el abdomen de dolor.

Fiel devota y creyente del amor
Halagándolo, endulzándolo, esperándolo
Y él solo devolviéndome coletazos
Desesperanzadores, hirientes, cortantes, vaciadores.

Y al borde del abismo de la resignación
El dejarse caer siempre es tarea sencilla
Como aceptar que quien entrelaza mis dedos
es la soledad.

Aun así, he hecho crecer tanto mis raíces
que aunque busque arrojarme
Resisto desde mis rulos a mis pies
y viceversa.

1 comentario:

Anónimo dijo...

(el olvido puede llegar como una dicha.

quisiera decir que el viento solitario
me lo arranca furioso
y en una danza etérea
arriba y abajo
siempre abajo
lo entierra en un gran valle despojado
de mi memoria

me disculpo por el paréntesis
es que solo acá me siento contenido)