Domingo ahogado en su humedad
rumor de melancolía en mi habitación
se siente, se divierte, me embebe.
Juega a disfrazar mis veintiun gramos de deseos
tomando mi cuerpo para su tristeza y contradicción.
Reconozco esa visión desdibujada frente a mi.
Leo en su rostro el pasar del día
la pelea permanente contra una inseguridad pueril
tan efímera,
tan vaga
que desaparecerá con tus ojos negros
volviendo quien sabe cuando a alimentarse de mi debilidad
Otro domingo ahogado en su humedad
Rios de sal pasan con su cantar de zamba por mi garganta
arrastrando despojos
haciendo arder viejas heridas de soledad.
Es dificil explicarlo... pero una zamba como esta musicaliza mejor que mis palabras. Cuando las escucho me siento como una de ellas hecha de melancolia, pero con una fuerza interior, un fuego, un deseo que me despierta la ilusion, y me encuentro mirandome bien adentro con la sonrisa iluminando cada rincon interior...
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